Hoy me desperté mucha energía y ganas de abrazar al mundo, deseando dejar los problemas atrás... Sí, es atrás en el pasado donde debiera estar todo aquello que nos hace daño, lo que nos hace pasar las noches en completo insomnio… Tengo que apresurar mi paso y vivir esta vida que me ha tocado de la manera más bella posible, con optimismo y amor en mi corazón. Hoy quisiera que los abrazos, la alegría y el amor en todas sus facetas logre hacerse presente en nuestras vidas.
jueves, 9 de abril de 2015
UN DIA QUE NACIO GRIS
Hay días en los que brilla el sol y la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo... Nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.
Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.
Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.
Ese día, es un día que nació gris.
Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.
Pero...
Lo que sí puedes hacer, cuanto antes, es tomar tú mismo, tú misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!
No hay días grises... ¡todos son iguales!
Quien les da color eres tú.
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