Las gotas de agua
que salpican mi rostro,
son parte de este mar
que observo.
El habla sobre el desaliento.
Me invita a pensar
sobre la persona que soy,
y la que fui.
Me muestra que él sigue ahi,
con su fuerza de vida
aún después de la tormenta.
Cierro mis ojos y le pido,
que me deje navegar
en la corriente del olvido.
Le ruego,
que se lleve mi tristeza.
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